La dieta Kousmine

La dieta Kousmine fue creada por la doctora Catherine Kousmine para mantener el cuerpo saludable. Sus investigaciones la llevaron a determinar que si la alimentación no mantiene nuestro indice de ph en un rango saludable, esto provoca que enfermemos.
Resumen de a dieta Kousmine:
  • Suprimir los refinados, las proteinas animales, las grasas saturadas y los aceites. Comer alimentos frescos e integrales.
  • Limpiar los intestinos y el hígado. La intoxicación crónica se vincula a las enfermedades degeneraticas y empieza en el intestino y el hígado. Es necesario limpiarlo
  • Alimentarse con alcalinos. Un exceso de acido provoca que el cuerpo utilice las reservas minerales y se creen carencias. 
  • Con una buena alimentación no son necesarios los suplementos nutricionales para cubrir los requerimientos diarios.

Por lo tanto, basaremos nuestra dieta en la fibra y en las vitaminas A, B, C, D y E para aportar a nuestro cuerpo la cantidad de nutrientes necesarios.

Para el desayuno, se recomienda el muesli, frutas y pan integral. Para el almuerzo un 25% de alimentos crudos con germinados, 25% de verduras al vapor, 25% de cereales inegrales y un 25% de pescado, pollo o legumbres secas. Y para la cena, un tercio de ensalada, un tercio de cereales integrales y un tercio de verduras al vapor.

13 consejos para mejorar tu salud intestinal

¿Alguna vez has pensado si tus heces son
saludables?
 
Muy bien…Después de sonrojarnos un
poco  a causa de la pregunta, me
atrevería a decir que la mayoría de nosotros estamos intrigados. El número de veces que vayamos al baño y
la apariencia de nuestras heces son buenos indicadores de nuestra salud
general.
Normalmente, no somos conscientes de la cantidad de veces al
día que comemos pan blanco, pan multi-cereales (las semillas son añadidas directamente
a la masa y por lo tanto, no son eficaces) y otros muchos productos elaborados
con harinas blancas y refinadas.
Con nuestro estilo de vida ajetreado,
nos olvidamos de comer frutas y verduras, beber agua o hacer ejercicio y
después, nos preguntamos por qué nos sentimos hinchados y vamos al baño una vez
cada x días.
Desgraciadamente, si ignoramos nuestra
salud intestinal durante un largo periodo de tiempo, nuestro cuerpo, incluyendo
nuestra función cerebral se verá afectado.
¿Qué señales nos indican que nuestras
heces son saludables?
Ahora que hemos empezado con el tema –
vas a observar tus heces 2 veces – Sí, vas a tener que fijarte en la forma y en
el color.
Heces
saludables
:
·     Nos
avisa cuando debemos ir al baño.
·     Se
expulsan sin problemas.
·     La
apariencia debería ser similar a la de un plátano marrón o con forma de S.
·     Debe
estar hidratada. Cuando las heces tienen forma redondeada y de poco tamaño
indican que han estado en el colon demasiado tiempo.
Qué
indicadores  son negativos
?
·     
      No
tener nunca ganas de ir al baño.
·     Si
duele.
·     Cuando
nos lleva mucho tiempo.
·     Si
siempre rápido y deshecho.
·     Parecen
pequeñas bolas.
·     Hay
sangre o mucosidad.
13 consejos para tener un mejor tránsito
intestinal.
  •  Si
    sois padres, sería recomendable hablar de vuestros hábitos a la hora de ir al
    baño y de vuestra salud intestinal como parte de las conversaciones familiares
    habituales.
  • Consideraríamos
    una salud intestinal óptima 2 o 3 evacuaciones diarias. Es más, muchos niños
    van al baño después de cada comida 
  • Beber
    mucha agua. Sería recomendable 30 ml. Por cada Kilo. Por ejemplo:
– Si
vuestro hijo pesa 40 Kgs. X 30 mls, debería beber por lo menos 1,2 litros de
agua.
– O
una persona de 80 Kg X 30 mls, debería beber 2,40 litros diarios.
  • Reduce
    el café (reseca los intestinos), azúcares refinados, antibióticos (intenta
    evitarlos, ya que mata las bacterias buenas) y comida procesada – Intenta
    reducir la comida basura.
  • Come  mucha fruta y verdura. Intenta comer 5-10
    piezas o porciones al día. Se considera pieza o porción, una cantidad del tamaño
    de nuestra mano, como por ejemplo, una manzana o una zanahoria.
  • Acuérdate
    de masticar y no únicamente, tragar. Sé consciente del acto que estás haciendo.
  • Intenta
    escoger alimentos que se parezcan a lo que la naturaleza les ha hecho parecer.
    En otras palabras, consume comida que parezca similar a cuando la recogieron de
    los campos de cultivo. ¡¡Recuerda que no hay plantas de pan blanco!!
  • Come
    productos integrales. Preferiblemente Kamut, espelta y quínoa. Los productos
    sin gluten ayudan a expulsar la grasa y el colesterol fuera de nuestro
    organismo. No confundáis los productos de trigo entero con los productos de
    grano entero.
  • Realiza
    ejercicio aeróbico 5 días a la semana. Cuando estamos estancados, nuestros
    intestinos están estancados.
  • Des
    estrésate y tómate la vida con más calma. Cuando estamos estresados no fluimos
    con la vida. Des estresarse y dejarse llevar, afloja los intestinos.
  • Comprueba
    tu hora para ir al baño. Cuando tu sistema digestivo trabaja correctamente, tus
    intestinos tardan entre de 12 y 24 horas para expulsar los deshechos.
  • Para
    averiguarlo, simplemente come una porción de cualquier alimento de color
    llamativo como la remolacha. Acuérdate de la hora en la que la has comido y
    comprueba cuánto tardan en aparecer las heces de color rojo oscuro.
  • Otros
    alimentos alternativos que podríamos utilizar serían el maíz y los granos de
    sésamo. Irónicamente, el maíz es un grano, no una verdura y es extremadamente
    duro para el organismo poder digerirlo y asimilarlo. Como el maíz pasa a través
    de nuestro tubo digestivo prácticamente, sin digerir, es particularmente útil
    para este tipo de test.
7 razones por las que puede que
fallemos…
No podemos ir al baño cuando:
  • No
    hemos bebido suficiente agua.
  • No
    hemos ingerido la cantidad de fibra necesaria (frutas y verduras)
  • Nuestra
    columna vertebral no está alineada. Las subluxaciones vertebrales afectan a los
    mensajes nerviosos que van desde el cerebro a los intestinos y viceversa. La
    quiropráctica restablece el orden de nuestro cuerpo a través del sistema
    nervioso.
  • Combinamos
    de forma errónea la comida que ingerimos.
  • No
    hemos realizado suficiente ejercicio.
  • Estamos
    tensos emocionalmente.
  • Nos
    mantenemos demasiado ocupados haciendo muchas actividades a la vez y no tomamos
    conciencia de nuestro cuerpo.
Aunque hablar de heces sigue siendo un
tema tabú, tiene sentido que comprobemos con nosotros mismos como funcionan
nuestros intestinos, ya que ellos reflejan los factores de estrés de nuestras
vidas. Si tenemos hijos sería recomendable incluir en las conversaciones familiares
el tema de la salud intestinal.
Evidentemente, no sólo estamos
refiriéndonos a nuestros hábitos para ir al baño. Estamos haciendo hincapié en
que la falta de salud afecta a muchos aspectos de nuestra vida. Cuando nuestros
intestinos trabajan correctamente, ellos son los encargados de extraer las
vitaminas y los minerales que necesitamos para funcionar y de eliminar las
toxinas que vamos recogiendo de nuestra forma de vida moderna.
Una buena salud intestinal nos da
energía y vitalidad y nos permite luchar contra infecciones y enfermedades.
Intestinos sanos crean cuerpos sanos.
Cuando
nuestro cuerpo funciona correctamente, también lo hace nuestra mente y somos
capaces de integrarnos y conectarnos mejor con el mundo que nos rodea.

Los beneficios del agua

¿Por qué el agua es importante para el hombre?
El agua constituye un elemento imprescindible para la
vida, ya que la mayor parte de los organismos de la Tierra tienen en su
composición agua. Además la mayoría de los procesos químicos que se llevan a
cabo en los organismos necesitan de este elemento. Y el ser
humano no es una excepción.
Nuestro
organismo está formado principalmente por agua, alcanzando una proporción del
60%, pudiendo llegar hasta un 80% en un niño. Sin el agua, el organismo se
deshidrata. Hay registros que indican que el hombre ha aguantado hasta 90 días
sin ingerir alimentos pero no, sin beber agua más de 3-4 días. El agua es
necesaria para:
–  Realizar la digestión y expulsión de alimentos, ya que
permite digerir y mover los alimentos dentro del tubo digestivo.
–   Expulsar los residuos metabólicos a través de la orina.
Es necesario beber mucha agua para ayudar al riñón a eliminar las sustancias
tóxicas que produce el organismo.
–  Regular la temperatura corporal. Perdemos entre medio
litro y tres cuarto de litro diarios a través de la transpiración. La cantidad
es mucho mayor cando hace calor o cuando realizamos un esfuerzo. Esta agua, al
evaporarse, arrastra el calor y disminuye la temperatura corporal.
– La distribución del oxígeno y de los nutrientes de las
células por medio de la corriente sanguínea. La sangre posee un
90% de agua.
– Como lubricante. El agua reduce la fricción entre las
partes que rozan. Por ejemplo, los ojos necesitan permanecer siempre húmedos,
la lengua, las mucosas etc.. De igual modo, el agua constituye un lubricante
ideal para el movimiento de las articulaciones.
– El correcto estado de las células. Necesitamos una
hidratación adecuada para mantener nuestro organismo hidratado. Sin embargo, a
medida que nos vamos haciendo mayores, se produce una pérdida de agua. La piel
es uno de órganos que demuestran mejor esta falta de hidratación. Esto es lo
que lleva a la aparición de las arrugas.
Cantidad de agua aconsejada 
En
general, se aconseja la ingestión directa de agua de 2 litros diarios, como
mínimo, cuando hace calor. Naturalmente, deberíamos tener en cuenta aportaciones
superiores en casos concretos. Como por ejemplo:
–         
Profesiones y actividades que exijan esfuerzo físico.
–         
Personas que coman dietas ricas en carnes. La digestión
de las proteínas requiere más cantidad de agua.
–         
Los que tienen fiebre o diarreas para compensar la
pérdida de agua.
–         
Personas que viven en climas muy calurosos.
–         
Con dietas de adelgazamiento para aumentar la eliminación
de líquidos.
–         
Personas mayores. Se dice que nacemos con el 70% de agua
y que, al hacernos mayores, esta llega a representar poco más del 50%. Además
de la menor capacidad para retener el agua, las personas mayores van perdiendo
la sensación de sed.
 

Principales fuentes de agua
El agua, los refrescos y las infusiones representan el
60% del total del agua que ingerimos a lo largo del día.
Algo más de un tercio restante se ingiere de los
alimentos que comemos. Entre ellos tenemos:
Producto
% de agua
Ejemplos
Verduras
90%-96%
El pepino contiene un 96%.
Frutas
73%-80%
El melón contiene un 89,97%.
Lácteos
39%-90%
La leche contiene un 90%.
Cereales
5%-39%
El pan contiene un 39%.
Carnes
50%-70%
La carne de ave es la que más agua contiene.
Pescados
73%-84%
Los mariscos son los que más agua contienen.

Los beneficios del deporte sobre la salud física y mental

En la
actualidad parece claramente demostrado que mientras que el sedentarismo supone
un factor de riesgo para el desarrollo de numerosas enfermedades crónicas, el
llevar una vida físicamente activa produce numerosos beneficios, tanto físicos
como psicológicos, para la salud. 
No es fácil definir el término
salud ya que cada persona tiene una percepción y vivencia personal de ella,
dependiendo de lo que cada uno considera normal, del nivel socioeconómico,
religión, forma de vida y cultura, la cual aporta el patrón que define la forma
de estar o de ser sano. Muchas definiciones hacen referencia a la ausencia de
enfermedad como concepto de salud, como por ejemplo la de Samuel Johnson en su
Diccionario (1775), que dice que la salud “consiste en estar robusto, ileso
o carente de malestar, dolor o enfermedad”. Según la O.M.S. (Organización
Mundial de la Salud), la salud se puede definir como “el estado de
completo bienestar físico, mental y social y no sólo la ausencia de
enfermedades”.  Una de las
motivaciones para la realización de ejercicio físico es la búsqueda de ese
estado de bienestar.
¿Qué entendemos por actividad física?
Durante nuestra infancia y
adolescencia la mayoría de nosotros mantiene un nivel de actividad física más
que suficiente a través del juego y de diferentes actividades deportivas. Pero
las oportunidades de realizar ejercicio físico se reducen a medida que nos
hacemos adultos. 
El cuerpo humano ha sido diseñado
para moverse y requiere por tanto realizar ejercicio de forma regular para
mantenerse funcional. Actividad física es todo movimiento corporal producido
por los músculos y que requiere un gasto energético. Ejercicio físico es un
tipo de actividad física que se define como todo movimiento corporal
programado, estructurado y repetitivo realizado para mejorar o mantener uno o
más de los componentes del estado de forma física. Cuando el nivel de actividad
física no alcanza el mínimo necesario para mantener un estado saludable, se
habla de sedentarismo. 
El Dr. K. H. Cooper define el ejercicio
físico como “el método para poner más años en su vida y más vida en sus
años”.
Lo mínimo recomendado es…
En el
V Congreso Español de Nutrición Comunitaria se ha destacado la importancia de
la realización de actividades deportivas para el desarrollo físico, psíquico y
social. Además, el deporte colabora en la prevención de muchas enfermedades
como la obesidad, la hipertensión y la diabetes. Realizar ejercicio físico
moderado es beneficioso para mantener el cerebro sano y prevenir enfermedades  neurodegenerativas. Pero para obtener estos
resultados tenemos que ser constantes en su práctica pero, ¿cómo debería ser?
¿Con qué frecuencia?
Los
programas de actividad física deben proporcionar relajación, resistencia,
fortaleza muscular y flexibilidad. Lo ideal sería practicarlo un mínimo de 3
veces por semana, siendo cada sesión de más de 40 minutos. Una clase perfecta
sería la que combinara un 95 % de ejercicio aeróbico ligero- medio y un 5% de
ejercicios de intensidad media- alta. Trabajo de fortalecimiento abdominal,
estiramientos y ejercicios de coordinación y equilibrio sería un programa  acertado.
Principales Beneficios del deporte
Si
concretamos más, podemos afirmar que los principales beneficios sobre el
metabolismo son:
–         
Se aprovecha más el oxígeno que llega al organismo a
través de la circulación.
–         
Aumenta la actividad de las enzimas musculares.
–         
Aumenta el consumo de grasas durante la actividad física
con lo que contribuye a la pérdida de peso.
–         
Ayuda a disminuir el colesterol LDL (“malo”) y aumentar
el colesterol HDL (“bueno”).
–         
Mejora la tolerancia a la glucosa por lo que favorece el
tratamiento de la diabetes.
–         
Colabora en el mantenimiento de una vida sexual plena.
–         
Mejora en el sistema inmunológico.
–      Fortalece los huesos, cartílagos, ligamentos, tendones, etc…contribuyendo
a una mejor calidad de vida y grado de independencia, especialmente entre las
personas de edad.
–         
Disminuye problemas gástricos y el riesgo de cáncer de
colon
Los
beneficios principales sobre el corazón son:
–         
Disminuye la frecuencia cardíaca en reposo por lo que
“gasta” menos energía para trabajar.
–         
Estimula la circulación favoreciendo la “alimentación”
del corazón.
–         
Contribuye a la reducción de la presión arterial.
–         
Previene la aparición de infartos, ya que disminuye la
formación de coágulos dentro de las arterias.
–         
Aumenta la circulación en todos los músculos.
–         
Mejora el funcionamiento venoso previniendo la aparición
de varices.
     
El
ejercicio físico también,  mejora la
función mental, la autonomía, la rapidez, la memoria, la “imagen corporal” y la
sensación de bienestar, se produce una estabilidad mental caracterizada por el
optimismo, la euforia y la flexibilidad mental.  
Como habéis podido comprobar, realizar deporte ayuda y
mucho a mantener un cuerpo sano y este ejercicio debe de
complementarse con una alimentación basada en la Dieta Mediterránea. Además,
también pones en práctica tu propio afán de superación puesto que tu capacidad
de resistencia y de superar nuevos retos crece con la práctica del día a día.
En la medida en que más activo nos sentimos,
más energía tendremos para disfrutar de la vida e implicarnos al cien
por cien en nuestro presente.
¿Necesitáis
más razones?

Las emociones como auto-conocimiento

Cuando hablamos de
enfermedad, la definimos como una alteración más o menos grave en el funcionamiento
del cuerpo. Cuando enfermamos pensamos que es un desorden del organismo, que
tenemos mala suerte o ponemos el peso de la enfermedad en factores casuales y
externos a nosotros.
Pero la enfermedad
no es únicamente dolor y la salud no es únicamente ausencia de enfermedad sino
es un proceso de adaptación en el que confluyen factores biológicos,
psicológicos y sociales.
Nos encontramos ante
un sistema de salud que considera la enfermedad como algo a atacar, luchar,
vencer, etc… Sin embargo, podemos entender la enfermedad como un sistema de
protección temporal y para poder entenderla hay que escuchar el cuerpo
biológico, psíquico y mental. Podemos pensar que la enfermedad es la respuesta
de nuestro cuerpo y que en lugar de venir del exterior (virus, frío, etc…)
viene del interior de uno mismo y es la manera más sana que tiene el organismo
de pedirnos que prestemos atención a nuestras necesidades. Debemos aprender a
escucharnos a nosotros mismos y a responsabilizarnos de nuestra salud.           
                             
Hemos evolucionado a
nivel cognitivo gracias a la información y educación. Pero a nivel emocional
las personas seguimos comportándonos como hace miles de años. Hoy en día,
sabemos que tendremos comida para alimentarnos, un techo seguro para
defendernos de agresiones externas pero nos preocupamos por mantener un
trabajo, pagar la hipoteca, conseguir un reconocimiento profesional, etc. Esto
nos provoca el mismo malestar, angustia o nerviosismo (alerta) que nuestros
antepasados. Han cambiado las circunstancias de la vida pero no han cambiado
los estados de ánimo o estados emocionales. Son estas emociones que nos llevan
a estar estresados, a tener miedo, a no aceptarnos a nosotros mismos y a
intentar cambiar lo externo porque no queremos mirar que hay internamente que
nos angustie.
Todo lo que pasa en
nuestro cuerpo está controlado por nuestra mente que funciona como  un ordenador que capta la información, la
procesa y la compara con los datos que ya tiene y emite la orden más adecuada
para la supervivencia.
Las emociones son
procesos psicológicos que frente a una amenaza a nuestro equilibrio, ya sea
físico o psicológico, actúan para restablecerlo ejerciendo así un papel
adaptativo. Por esta función adaptativa de las emociones depende de la
valoración que haga la persona frente a ese estímulo externo que pone en
peligro su equilibrio y de la respuesta que genere. Así pues, tanto las
emociones positivas (alegría, buen humor, optimismo) como las negativas (ira,
ansiedad) y el estrés influyen en la salud. Nuestras abuelas ya lo sabían: Nos
decían que la tristeza, la preocupación y otros sentimientos podían dañar el
corazón, arruinar el cutis, hacernos más vulnerables hacia las infecciones y
provocar úlceras.
Así pues, conocer
las emociones es algo fundamental. Reconocer cuál es la emoción que estamos
sintiendo es my útil, ya que nos permite un mayor conocimiento de nosotros
mismos y también nos permite saber canalizar y expresar esas emociones hacia
los demás de la manera más adecuada. 
Todas las emociones
son buenas, mirándolas desde el papel adaptativo que juegan, sin embargo hoy se
sabe que si algunas de ellas se salen de los límites normales de forma habitual
durante largos periodos de tiempo, ya no son tan buenas. Debemos escuchar tanto
el cuerpo como a la mente, aceptándonos y cada cuál debe tomar la dirección y
la responsabilidad de su salud.
     
“El verdadero viaje de descubrimiento, no consiste en buscar nuevos territorios sino en tener
nuevos ojos” (Marcel Proust)
Libros recomendados:
–       Descodificación
biológica de Christian Fleche.
–       Curación emocional
de David Servan – Schreiber

A dormir también se aprende

Siempre han existido mitos sobre
la necesidad de dormir
como, por ejemplo, que el ser humano moriría si estuviera
más de una semana despierto
; o que tras estar varios días en vigilia hemos de recuperar
proporcionalmente nuestro sueño
.
En 1965, un
joven de 17 años, fue Randy Gardner, participó en un curioso
experimento. Él y dos compañeros más intentarían permanecer
despiertos el mayor número de horas posibles
. Ayudados por investigadores, estos les
despertaban en cuanto cerraban los ojos más allá de unos segundos. El
resultado: el Sr. Gardner permaneció 260
horas de vigilia continua.
Tras esos 11 días sin dormir ¿sabéis cuántas horas estuvo Randy
durmiendo?
La primera noche 14 horas, tras la cual volvió a sus 8 horas
normales en las siguientes noches.
Al margen de
la anécdota hemos de decir que tras unos días en vigilia se empieza a sufrir
una pérdida progresiva de atención,
concentración y motivación
, además de cierta “mala leche”.
Estos síntomas desaparecen tras una
buena cabezada
.
Estudiar
para un examen importante, liquidar trabajos pendientes, problemas personales,
insomnio… Hay varias causas que pueden llevarnos a no pegar un ojo en toda la
noche. El problema surge cuando ya son varias las noches en vela, pues las
personas necesitamos dormir tanto como necesitamos aire, agua y comida.
Pasamos un tercio de nuestra vida en brazos de Morfeo.
Unos 25 años, aproximadamente. Sin embargo, muchas veces no damos al descanso
nocturno la importancia que merece. Investigaciones recientes han demostrado
una clara relación entre la cantidad y la calidad del sueño y el estado de la
salud y la esperanza de vida. ¿Sabíais que dormir siestas regularmente, nos
hace ser más inteligentes? O ¿qué nos puede ayudar a adelgazar?
A dormir también se aprende
Son varios los factores que influyen en la calidad de
nuestro descanso. Conseguir mantener unos hábitos adecuados al acostarnos es
uno de los principales. Las rutinas antes de dormir son muy importantes, ya que
de esta manera acostumbramos al cuerpo a seguir un ciclo regular.
La primera recomendación es
acostarnos en cuanto aparezcan los primeros signos de sueño. Procuremos dormir
el número de horas que necesitas. La de mayoría nosotros descansamos entre seis
y nueve horas diarias, pero no es algo matemático, depende de las necesidades
de cada individuo. 
Durmamos en completa oscuridad (o
lo más cercano a la oscuridad total). Hasta el menor indicio de luz evitará la
secreción de melatonina, lo que impedirá o afectará su sueño. Evitemos la cafeína, la teína y
el alcohol. Aunque el alcohol provoque somnolencia, este efecto pasa
rápidamente, provocando que la persona se despierte por las noches. Además de
ello, el alcohol impide llegar a los niveles más profundos del sueño, donde el
cuerpo realmente descansa.
Debemos intentar aparcar nuestros
problemas personales antes de dormir: no dejemos que los conflictos laborales o
familiares nos quiten el sueño. Tomar un baño caliente o escuchar música
relajante como por ejemplo, las olas del mar, son actividades relajantes que
nos ayudarán a conciliar el sueño.
Otro aspecto esencial es, por
supuesto, la cama. Intentemos utilizar la cama, únicamente para dormir. Si lo
utilizamos para leer, estudiar o ver la televisión…nos desvelaremos. Tampoco
debemos pasar por alto las características técnicas de nuestro lugar de
descanso: elegir un buen somier de madera y un colchón de dureza intermedia son
los más recomendados. 
La mejor postura para dormir
Existan varias
posturas correctas para estar acostado. Las posturas ideales son aquéllas que
permitan apoyar toda la columna en la postura que adopta ésta al estar de pie.
La postura más aconsejable varía dependiendo de los hábitos de cada uno y según
haya o no molestias a algún nivel de la columna.
Dormir boca arriba
Para dormir boca arriba, apoyamos
la columna sobre el colchón con las piernas estiradas y la cabeza bien apoyada
en la almohada. La almohada debe ser cómoda y soportar bien el peso sin
hundirse ni tampoco ser demasiado dura como para obligarnos a mantener una
postura poco cómoda o perjudicial. De esta manera la columna se mantiene
estable sin soportar grandes pesos y mantiene su curvatura natural.

Para esta postura, la almohada debe ser relativamente fina, debe asegurar que
las cervicales forman con la columna
el mismo ángulo que al estar de pie. Una almohada excesivamente ancha tendería
a provocarnos que el cuello se flexionase hacia delante, mientras que dormir
sin almohada tendería a hacer que el cuello estuviese en hiperextensión.
 
Dormir de lado.
Otra postura excelente
y neutral para la columna vertebral y además quita peso sobre ella mientras
dura el descanso. El cuello no
soporta ninguna presión que le obligue a las vértebras a colocarse forma poco
natural y dolorosa. Si dormimos apoyándonos en un hombro, la almohada gruesa,
debe mantener el cuello en el eje de la columna dorsal.

Dormir boca abajo.

Dormir boca abajo no
es recomendable
porque al hacerlo modificamos la curvatura de la
columna y, para poder respirar, debemos mantener el cuello girado durante
varias horas. La postura del cuello obliga a las vértebras a girarse soportando
una tensión excesiva en las cervicales.
En resumen, dormir bien
mantiene nuestro corazón sano y por lo tanto, bajan las probabilidades de sufrir
ataques al corazón, reduce el estrés, el riesgo de padecer depresiones y la
inflamación en nuestro cuerpo. También nos ayuda a estar más alerta y activos
durante el día, mejorando nuestra memoria y aumenta la capacidad de
regeneración de nuestro cuerpo.

Como podemos mejorar nuestra salud?

La salud es el estado de
completo bienestar físico (biológico), mental (psicológico) y social, y no
solamente la ausencia de infecciones o enfermedades ligeras, fuertes o graves,
según la definición presentada por la Organización Mundial de la Salud en su constitución de 1946. También puede definirse como el nivel de eficacia funcional o metabólica
de un organismo tanto a nivel micro (celular) como a nivel macro (social). En 1992 un investigador amplió la definición de la OMS, al agregar:
“y en armonía con el medio ambiente”.
“La salud
es principalmente una medida de la capacidad de cada persona de hacer o de
convertirse en lo que quiere ser.”…  
René Dubos
Nuestra cuenta bancaria de salud
Según el informe de LaLonde, del
año 1974 realizado en Canadá, sugiere que existen cuatro determinantes generales que influyen en la
salud, a los cuales llamó, “biología
humana”, “ambiente”, “Forma de vida” y  “organización
del cuidado de la salud”. De esta manera, la salud es mantenida por la ciencia y la
práctica de medicina, pero también por
el esfuerzo propio
. Todos somos responsables de nuestra salud.
Podemos
ver nuestra salud como una cuenta bancaria con sus respectivos ingresos y
gastos. Así pues, consideraríamos un ingreso como algo que nos ayuda a tener
más salud y un gasto como cualquier cosa que nos resta bienestar. Todos sabemos
que el fitness, una dieta saludable, dejar de fumar, etc.…son pasos para
mejorar nuestra salud. Por otra parte, no debemos olvidar que nuestro estilo de
vida, que el conjunto de comportamientos o aptitudes que desarrollan las
personas, pueden ser saludables o nocivas para la salud y además podemos encontrar
que es la causa de las enfermedades.
Así pues, los ingresos y los gastos podríamos
dividirlos en 3 grandes aspectos: el físico, el químico y el emocional. El
estrés físico es el causado por caídas, lesiones y/o fracturas, accidentes y
posturas incorrectas. Entenderíamos por estrés químico la comida inadecuada, el
exceso de alcohol, los conservantes, los aditivos, etc.…¡¡Y no nos podemos
olvidar del estrés emocional!! ¿Quién no se encuentra peor tras una situación
angustiosa? O ¿tras un periodo repleto de problemas? Así pues, no debemos
entender un ingreso como el mero hecho de cuidarnos sino englobaríamos todos
aquellos aspectos que nos proporcionan un bienestar, pudiendo ser  físico o emocional. Por ejemplo,
quedar con los amigos para tomar un café podría ser un ingreso. Evidentemente,
todos deberíamos adecuar los ingresos y los gastos según el caso. 
 
¿Cómo podemos mejorar nuestra salud?
Siempre
asociamos el estrés como algo negativo en nuestras vidas. Sin embargo, el
estrés nos ayuda a activar nuestro cuerpo y nuestra mente. El problema es
cuando esta situación se alarga en el tiempo o se convierte en algo habitual.
En ocasiones, el cuerpo se queda en ese estado continuo de tensión y entonces,
esta reacción física y positiva  del
cuerpo se transforma en un estado nocivo para nosotros. Como hemos comentado en
el apartado anterior, el estrés “negativo” es una potente causa de subluxación.
Es imposible controlar nuestro entorno pero podemos seguir algunos prácticos
consejos que nos ayuden a evitar situaciones estresantes y que nos
desequilibren. Por ejemplo, levantarnos 15 min. antes por las mañanas o llegar
a los sitios con antelación harán que los contratiempos sean menos estresantes.
Relajar las obligaciones con uno mismo, saber decir que no y descolgar el
teléfono son aspectos muy importantes. Hay que ser conscientes de que uno no
posee el tiempo o la energía para todo. Cada unos de nosotros necesita cada día
tiempo para estar tranquilo, para relajarse y estar solo. 
Respirar
bien es vital para controlar y liberarnos del estrés que pueda quedarse
acumulado en nuestro cuerpo. La mayoría de las personas, cuando nos sentimos
estresadas, tendemos a respirar poco profundamente. Cuando se respira así, el
aire viciado no es expulsado de los pulmones, la oxigenación de los tejidos es
incompleta, y aumenta la tensión muscular. Debemos comprobar nuestra
respiración durante todo el día, y especialmente antes, durante y después de
situaciones de alta presión. Sería perfecto que todos aprendiéramos técnicas de
respiración. 
Visualizar
los eventos y actuaciones importantes disminuirá el estrés cuando llegue el
momento, si hemos imaginado con detalle todo lo que hemos de hacer. Anotar
pensamientos y sentimientos y escribirlos (y después tirarlos) puede ayudarnos
a clarificar cosas y darnos una perspectiva renovada de los mismos. Hacer algo
por los demás relaja y hace que nos sintamos mejor, así como mejorar nuestro
aspecto nos puede ayudar a vernos bien en un día gris. Ser flexibles, evitar
auto etiquetarnos negativamente y delegar responsabilidades son pequeños
consejos que repercutirán en un mayor relax. 
Ser positivo
ayuda a mejorar la salud. Y mantenerse en forma, hacer una vida saludable ayuda
a ser positivo. Ambos conceptos están estrechamente relacionados. Algunas
investigaciones realizadas con métodos muy rigurosos en las mejores
universidades de Estados Unidos, Japón y Australia muestran una estrecha correlación
entre longevidad y mentalidad positiva. En la antigua Grecia nada se sabía de
virus y bacterias, pero ya reconocían que la personalidad y sus características
desempeñan un rol fundamental en los orígenes de la enfermedad. Así que es un
círculo que conviene trabajar en beneficio propio. Si somos positivos  nuestra salud mejorará. 
Pero también
podemos ayudar a que nuestro cerebro piense positivamente si mejoramos nuestra
salud.
Una
nutrición equilibrada es fundamental para mantener una buena salud. Podemos
mirar en la pirámide alimentaria los alimentos para una nutrición
sana y equilibrada. Para una nutrición saludable se deben consumir pocas grasas
y lípidos, muchas frutas y verduras. Los productos de origen animal se deben
consumir de manera regular y los cereales se deben consumir de manera
constante. 
Hacer
ejercicio nos ayudará a ser otra persona. Si logramos hacer ejercicio
regularmente habremos ayudado a nuestro cerebro a pensar de forma positiva.
Muchas de las reacciones químicas que tienen lugar en el cerebro y que explican
el actuar positivamente en las personas tienen que ver con las actitudes que se
desarrollan con el ejercicio continuado y con lograr una buena forma física, un
buen riego sanguíneo, etc.… Podéis solicitarnos el folleto de “Los beneficios
del deporte”.
Las horas de
sueño son esenciales para poder cargar pilas. El sueño nos llena de energía
para poder afrontar la jornada. Pero no solo se trata de dormir bien, sino de
tener un sueño reparador. Las consecuencias de no dormir bien pueden ser muy
variadas: estrés, ansiedad, cansancio, somnolencia, poca capacidad para
concentrarse, lentitud de respuesta, falta de reflejos, etc. Siguiendo unos
sencillos consejos podéis enseñar a vuestro cuerpo a cómo dormir bien. Si
queréis más información, tenéis a vuestra disposición el folleto “Dormir bien
para vivir más y mejor”.
No hay que olvidar que la salud es
unos de los derechos humanos más preciados que tenemos.