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Tres mitos sobre el cuidado quiropráctico en la infancia

“Mi bebé no necesita cuidado quiropráctico. Nació por cesárea”
 
Respuesta:
Un parto con cesárea implica un fuerte trauma para la madre y el bebé.
La anestesia pasa de uno al otro. El doctor se enfrenta al músculo más
fuerte del cuerpo: el útero, para sacar al niño rápidamente por una
pequeña incisión. Al hacerlo se puede dañar la columna y los nervios.
Los cólicos, dolores de barriga del bebe pueden estar relacionados a
este trauma. Este es un caso clarísimo en el que la Quiropráctica está
muy aconsejada para los niños. 

“Mi hijo no se ha roto nada. Sólo se ha caído varias veces”
 
Respuesta:
Los niños parecen de goma! Nunca se rompen nada. Que no exista rotura
no significa que no exista un problema. Una caída puede afectar a la
columna y otros órganos. Igual que es bueno hacer revisiones periódicas a
un buen dentista, también hemos de buscar al especialista en
quiropráctica para poder detectar y corregir subluxaciones antes que se
vuelvan crónicas. Al final un diente se puede sustituir, la columna de
nuestros niños no.

“Mi hijo nunca está enfermo, a excepción de las enfermedades típicas de la niñez.”
 
Respuesta:
Las enfermedades de la infancia no son nunca normales, sólo comunes. Se
supone que los niños deben padecer cólicos, infecciones de oído,
resfriados. Una columna sana sabe responder a estos problemas,
resolviendo con mayor celeridad y enseñando al sistema inmunológico el
correcto funcionamiento.
Fuente: En buenas manos

¿ Por qué los niños deberían recibir cuidado Quiropráctico?

Por Jeanne Ohm, D.C.
Cada vez más, los padres quieren que sus hijos estén bajo cuidado
quiropráctico. Muchos de los problemas de espalda que se ven en la edad
adulta empiezan en la niñez. Incluso los métodos de dar a luz llamados
“naturales” pueden estresar la columna y el sistema nervioso en
desarrollo de un bebé. El resultado de la irritación del sistema
nervioso, causada por falta de alineación craneal y espinal, puede ser
la causa de muchos de loa problemas de los recién nacidos. Los cólicos,
problemas respiratorios, problemas en la alimentación, disturbios del
sueño, reacciones alérgicas e infecciones crónicas se deben a menudo al
estrés del sistema nervioso.
Dado que en el parto pueden tener lugar traumas craneales y en la
columna, muchos padres llevan a sus hijos al quiropráctico apenas nacen.
A medida que el bebé crece, éste aprende a sostener la cabeza, a
sentarse, a gatear y a dar sus primeros pasos. Todo esto sucede mientras
su columna se desarrolla. Si hay traumas, la alineación de la columna
se ve afectada. Es, por lo tanto, importante que un quiropráctico
examine a los niños.
A medida que el niño comienza a participar en las actividades
regulares de la infancia, como patinar o montar en bicicleta y sufre
traumas practicando las mismas, pueden tener lugar pequeñas
desalineaciones  (subluxaciones). Si no se les presta atención, los
daños que tienen lugar en esta etapa de rápido crecimiento pueden
convertirse en problemas más serios en el futuro. Traumas leves a lo
largo de la infancia afectarán el futuro desarrollo de la columna  y
conducirán a un deterioro de las funciones del sistema nervioso.
Cualquier interferencia en el sistema nervioso afectará adversamente  la
capacidad del cuerpo de funcionar al máximo.
Los padres normalmente visitan un quiropráctico después que su hijo
ha sufrido algún trauma o golpe. Estos pueden o no ocasionar dolor o
síntomas. Los controles quiroprácticos regulares pueden detectar daños
potenciales para la columna, por lo tanto, pueden corregirse y así se
evitar problemas en la adultez. Una higiene preventiva de la  columna es
la clave para una buena salud.
Otra causa por la que los padres llevan a sus hijos al quiropráctico
es a causa de un síntoma o enfermedad en particular. Lo hacen si sus
hijos tienen cólicos, infecciones de oído, asma, alergias y dolores de
cabeza. Han oído que la quiropráctica es efectiva en estos casos.
ES IMPORTANTE ENTENDER QUE EL QUIROPRACTICO NO TRATA ENFERMEDADES .El
profesional examina la columna del niño buscando subluxaciones que
afectan al sistema nervioso e impiden que el cuerpo funcione
correctamente. Los huesos de la columna, es decir las vértebras, alojan y
protegen la médula espinal. Ésta es una extensión del cerebro y lleva
información desde el cerebro a las distintas partes del cuerpo y luego
lleva la respuesta al cerebro otra vez. Las subluxaciones interfieren en
la capacidad de los nervios de transmitir dicha información.
El sistema nervioso controla y coordina la función de todos los
sistemas del cuerpo: circulatorio, respiratorio, digestivo, hormonal,
excretor e inmunológico. Cualquier aspecto de la salud puede
deteriorarse debido a la interferencia en la transmisión nerviosa. El
ajuste quiropráctico restaura la función del sistema nervioso
permitiendo que el cuerpo se exprese al máximo y alcance el bienestar.
El quiropráctico examinará al paciente teniendo en cuenta su historia
clínica y determinará si existen subluxaciones. Los procedimientos a
seguir para ajustar se modifican según sea el tamaño del niño, su peso y
el estado de su columna. Los ajustes son delicados y específicos para
la estructura en desarrollo de la columna del niño. La mayoría de los
padres coinciden en que sus hijos disfrutan de los ajustes y esperan con
entusiasmo acudir otra vez a la consulta del quiropráctico. Los padres
también dicen que los hijos experimentar un grado se salud superior
desde que empiezan el cuidado quiropráctico.