Si desgastas tu cuerpo, dónde vas a vivir?

A veces oímos a alguien que dice “Me
siento mejor, no creo que tenga que volver”. Toda persona puede elegir si
quiere seguir o no el cuidado quiropráctico. Sin embargo, pueden encontrar
provechoso considerar el alcance de sus ganancias y qué pasaría si pararan lo
que estaba siendo bueno para ellos.
Cuando la gente viene por primera vez a
nuestra consulta, la mayoría viene con un estado clínico. Esto quiere decir que
sufren síntomas y signos como dolor, rigidez y debilidad. Estas condiciones
normalmente son el resultado del desgaste de la salud estado enfermizo, del
alivio a la enfermedad. Los problemas de la columna son el resultado de mucho
tiempo de estrés y tensión como los hábitos de trabajo, malas posturas a la
hora de dormir y preocupaciones, acelerados por accidentes sin vigilar. El
incidente final o la causa aparente es simplemente la gota que colmó el vaso.
Los cambios crónicos en la estructura y
función de la columna no se pueden reparar de un día para el otro. Obviamente
la primera tarea es tener los síntomas bajo control y salir del estado clínico.
Una vez esto se ha alcanzado podemos empezar la tarea de ayudar al cuerpo a
cicatrizar lo máximo posible para que la gente pueda llevar una vida más activa
y provechosa y que cambie el límite de riesgos degenerativos. Tu cuerpo
necesita tiempo; tiempo para cicatrizar, tiempo para recuperar su función
normal que te permita poder llevar una vida completa. No seas duro contigo
mismo, da a tu cuerpo la gracia de cicatrizar los ligamentos, músculos y otros tejidos
y remodelar los huesos. Sí, el hueso de un adulto puede cambiar, por eso hay
personas que optan por remodelar sus dientes cuando ya son adultos. Dejando
tiempo para cicatrizar, tu cuerpo puede ser más fuerte, saludable y capaza de
envolverte en los placeres de la vida.
La elección está en intentar ser la mejor
persona y más saludable que puedas o simplemente pasar con dificultad por la
vida y la elección es tuya.

Las 10 frases que no deberiamos decir a nuestros hijos

No llores: Es común que, sobre todo a los niños, se les diga desde pequeños “los hombres no lloran”. Sin embargo los especialistas afirman que este no es un buen recurso. Lo único que se logra es que los niños entiendan que llorar está mal o que las emociones son algo vergonzoso que debe esconderse y a la larga esto puede traer problemas de emociones reprimidas que hacen más mal que bien. Lo mejor es usar frases como: “Sé que estás triste porque…
Se lo diré a tu padre: Esta frase también parece ser una de las favoritas de las mamás porque les permite desentenderse del problema, pero tiene varias desventajas: disminuye la autoridad de la propia madre que delega la responsabilidad en papá, otorga un rol negativo al pobre padre que ni la debe ni la teme y los hijos acaban por sentir miedo del momento en que el progenitor llegue a casa. Además, es probable que cuando lo haga, ya se te haya olvidado la razón del conflicto o decidas dejarla pasar.
Déja de molestar: Si cada vez que tu hijo quiere tener un acercamiento contigo oye como respuesta esa frase, lo más seguro es que se forme en él la idea de que nunca tienes tiempo para él y que no vale la pena acercase ya que siempre lo haces a un lado. Lo mejor es explicarle que en ese momento estás ocupado/a pero que más adelante le dedicarás un rato a jugar con él. Establecer reglas y horarios para pasar dedicarles tiempo de calidad a los niños es una excelente idea.
Aprende de tu hermano/a: Las comparaciones en el hogar son cosa de todos días. Lo peor es que parece que los padres no nos damos cuenta de cuánto puede llegar a afectar la comparación, ¡como si hubiéramos olvidado cuando nos pasaba a nosotros! Los niños pueden llegar a molestarse demasiado al escuchar esa frase. Lo mejor es aceptar que cada niño es diferente y se desarrolla a su propio ritmo. Debes darle la oportunidad de ser auténtico y diferente. No tiene que ser la copia de sus hermanos, ni aún del mejor portado o el más estudioso.
Puedes hacerlo mejor: Aunque parece ser una manera de infundirles ánimo para hacer las cosas mejor, puede resultar contraproducente y hacerles sentir que por más que hagan su mejor esfuerzo nunca hacen las cosas bien y que son buenos para nada. Si sientes que tu hijo no está haciendo las cosas de la mejor manera, recuerda que tú estás ahí para enseñarle cómo, pero siempre de buen modo. No los hagas sentir como que nunca hacen las cosas bien porque se pueden quedar con esa idea y mermar la confianza en ellos mismos.
Si no te portas bien te voy a…: Las amenazas que no se cumples tienen un efecto negativo en los niños. No debes decirles que tomarás cierta medida si no estás dispuesto a cumplirla. En lugar de amenazar, sobre todo a los más pequeños que tienden a repetir las travesuras independientemente del castigo que les des, es mejor alejarlos de la situación y llamar su atención hacia otra actividad.
Date prisa: Esta es una buena manera de transmitir el estrés de tu vida a tus hijos. Si todo el tiempo les estás gritando porque ya se hizo tarde, al final ellos terminarán sintiéndose tan o más presionados que tú. Trata de mantener la calma, levántense más temprano y midan el tiempo que necesitan para la preparación diaria antes de salir de casa. Preparar algunas cosas la noche anterior para tenerlas listas en la mañana puede ser una buena opción.
Sólo me das disgustos: Con esta frase los niños sentirán que son una carga o estorbo para los padres y más que darles felicidad les dan molestias. Es una manera de decirles que no los quieres y se sentirán profundamente tristes y llenos de un sentimiento de rechazo y desamor. Trata de explicarles mejor que no se está comportando de la manera adecuada y que eso te está molestado. Recuerda, la observación va sobre su comportamiento, no sobre él niño mismo.

La quiropractica y el deporte

Es importante identificar y resolver rápidamente cualquier problema
neuro-músculo-esqueletal, cualquier disfunción o cualquier deficiencia
orgánica ya que dichos trastornos pueden impedir seguir practicando un
deporte al provocar una lesión o una enfermedad que se podía haber
evitado.
La práctica de un deporte exige estar en las mejores condiciones
posibles para que el cuerpo pueda funcionar a pleno rendimiento. Eso lo
saben particularmente los deportistas profesionales, y por esa razón, en
los países donde la quiropráctica está más desarrollada, sobre todo en
los Estados Unidos, los atletas de alto nivel y los equipos olímpicos
suelen estar bajo cuidado quiropráctico.
Es importante integrar los ajustes quiroprácticos como parte de la
rutina del cuidado físico, preferentemente desde la infancia o
adolescencia, cuando el joven empieza a aficionarse a la práctica de un
deporte.

El ajuste específico que realiza el doctor en Quiropráctica a sus
pacientes elimina las interferencias del sistema nervioso localizadas
principalmente en la columna vertebral. Los ajustes podrán realizarse,
tanto en la columna vertebral y cráneo, como en otras articulaciones o
tejidos del cuerpo. El ajuste es la presión o impulso, muy preciso y
específico, destinado a corregir la incorrecta posición de una vértebra.
La formación de un Quiropráctico es universitaria (de 4 a 6 años).

Los deportistas pueden encontrar en el cuidado quiropráctico la ayuda
que precisan para recuperarse de lesiones derivadas de la práctica de
su deporte. Pero más importante todavía para el deportista es la
capacidad que tiene el quiropráctico para intervenir, con total
independencia de la presencia o no de síntomas particulares, optimizando
el rendimiento del organismo. Y cuando la victoria se mide en
centésimas de segundo, se entiende el interés particular de los atletas
profesionales por la quiropráctica.
Tiger Woods: “Estuve yendo a quiroprácticos desde que me acuerdo. Es muy importante para mi entrenamiento así como practicar mi swing”.

Evander Holyfield: “Necesito realizar un ajuste
antes de subir al ring. Realmente creo en la quiropráctica. Acudiendo al
quiropráctico tres veces por semana mi rendimiento mejora. La mayoría
de los boxeadores van para mantenerse en lo más alto”.

Lance Armstrong: “No hubiera ganado sin la ayuda de mi quiropráctico”.

Desde
que el Doctor en Quiropráctica Jean Pierre Meersseman se ha convertido
en el responsable del equipo médico del AC Milán, se han reducido las
lesiones en más de un 90% y ha ayudado a Paulo Maldini a seguir jugando
hasta ¡pasados los 40 años!

Que es el activador?

El activador es un instrumento quiropráctico manual que
surge tras 25 años de estudios científicos biomecánicos realizados por
la NASA. Consta de un sistema de ejes, resortes y tornillos que,
sincrónicamente, disparan una fuerza controlada.
Es una técnica que permite corregir subluxaciones vertebrales y
articulares ocasionadas por traumatismos, problemas congénitos, de
nutrición, ortopédicos, malas posturas, etc. Estas subluxaciones producen dolor, contracturas musculares, espasmos y
transtornos en el sistema nervioso y, por consecuencia, en órganos
internos.
La utilización de esta técnica del activador se
complementa perfectamente con otras y, en ocasiones, es la herramienta
principal del tratamiento quiropráctico. Es una herramienta de ajuste de empuje
manual. Los puntos de contacto rellenos reducen el impacto a la mano y
al brazo del doctor o terapeuta.

El activador representa un nuevo concepto en fuerza liviana de suave impacto para
el tratamiento sin dolor, diseñado de tal modo que, al aplicarlo, no
causa estiramiento indeseado o fuerza en el paciente. Por el contrario, se obtiene mucho beneficio al actuar sobre los Centros
Nerviosos Paravertebrales. A la hora de tratar un paciente con problemas neurológicos, de
origen articular, es muy efectivo, provocando un ajuste energético de la
zona afectada.
El activador sirve para reactivar tonos neuromusculares,
ahí donde el cuerpo ha sufrido alguna alteración
músculo-esquelético-neurológica. Es también usado para ajustes cervicales, toráxicos, lumbares, así como íleum y extremidades.

Su diseño, tipo y regulación del golpe, nos permite aplicarlo sin temor, ya que nunca causa fuerza o estiramiento indeseado.

Fuente: En buenas manos

Cuidado quiropractico de la hernia discal

Definitivamente, la quiropráctica en sí no cura la hernia discal,
pero si regresa las vertebras a su posición correcta y el cuerpo con su
gran capacidad de curación hace el resto del trabajo.
Al regresar una vértebra a su posición correcta el disco
intervertebral será liberado de la presión a la cual estaba sometido y
de esta manera regresará a su posición correcta. Al remover esta presión
y el disco regresar a su posición la presión sobre los nervios
disminuirá o desaparecerá y a su vez los síntomas que esto producía.
El motivo principal por el cual aparece la hernia discal es porque se
realizaron, en un periodo significativo de tiempo, trabajos o
actividades de forma “incorrecta” mientras el disco se encontraba en una
mala posición.
Los movimientos o actividades realizados, se encargaron de abombar
este disco “mal colocado” y un movimiento brusco o pesado terminó el
trabajo presionando por fin al nervio que produce los síntomas de la
hernia discal.

Es importante entender que la columna vertebral debería de estar en
una posición correcta ya que el mal uso que hacemos de ella la obliga a
colocarse en una posición inadecuada.
Se recomienda ampliamente seguir los siguientes consejos de postura,
así como acudir con un quiropráctico para el diagnostico temprano de una
subluxación vertebral (vertebra fuera de posición), para que así pueda
ser corregido sin llegar a causar una hernia discal:
  • Dormir de lado o boca arriba con un colchón firme y una almohada baja.
  • Sentarse derecho con la espalda baja pegada al respaldo (de preferencia en sillas que tengan soporte lumbar)
  • Hacer ejercicio 5 veces a la semana por al menos, 30 minutos (caminar, nadar, yoga etc.)
  • Acudir al quiropráctico o especialista de columna vertebral al menos una vez al año.

Fuente: En buenas manos

La hernia discal

La columna vertebral está formada por 24 huesos llamados vertebras.
Estas se encuentran apiladas una encima de la otra; entre hueso y hueso
cuentan con una pequeña almohadilla llamada “disco intervertebral”.
Estos discos disminuyen los impactos al movernos y, además, abren un
espacio para que los nervios salgan de entre una vértebra y otra.
En su interior, los discos intervertebrales están formados por un
líquido gelatinoso y cubiertas en su exterior por un anillo fibroso de
consistencia dura.
La hernia discal es el resultado de la mala posición de una vértebra,
lo cual provoca que el líquido del interior del disco intervertebral
empuje la pared fibrosa hacia un solo lado hasta rasgarla o deformarla
causando un abultamiento.
Esto provocará que el nervio que pasa a ese nivel se irrite o
presione y cause diferentes problemas. Imagine usted un globo con agua,
si lo apretamos de un lado el agua se ira al lado contrario.
Que sintomas tiene la hernia discal?
  • Falta de fuerza.
  • Sensación de adormecimiento.
  • Disminución de la sensibilidad.
  • Calambres frecuentes.
  • Dolor irradiado.
Si estos síntomas aparecen en las piernas, quiere decir que la hernia
discal se encuentra en la columna lumbar y en cambio, si estos
aparecieran en los brazos u hombros se estaría hablando de que la hernia
discal está localizada en la columna cervical. La ciática es uno de los síntomas más comunes provocados por la hernias discal.
Es aceptado ampliamente por todas las ciencias de la salud que la
hernia discal debe de ser primariamente tratada de manera conservadora,
sin cirugía ni tratamientos invasivos. Los tratamientos más comunes son
la tracción y los ajustes vertebrales quiroprácticos. En muchos casos es recomendable tomar complejo vitamínico B ya que
este ayudará a los nervios a regenerarse de manera más pronta.

 Fuente: En buenas manos

El embarazo y la quiropractica

La quiropráctica puede aportar un mayor bienestar y comodidad durante
el embarazo, ya que un alto porcentaje de mujeres embarazadas padecen
molestias o dolor en la espalda. Esto se debe al rápido crecimiento del
bebé y a la alteración de la estructura habitual del cuerpo de la mujer
como consecuencia.
Un desequilibrio preexistente en la espina dorsal, que antes pasaba
desapercibido, se manifiesta durante el embarazo. El estrés añadido
tiene como consecuencia incomodidad y dificultades en la rutina diaria.
La quiropráctica a lo largo del embarazo puede aliviar e incluso
prevenir el dolor de espalda. Unos ajustes específicos que realizará el
quiropráctico mediante suaves presiones eliminan esas tensiones en la
espalda y restablecen el equilibrio de la pelvis para una mejor calidad
de vida.
Pero los beneficios de la quiropráctica no se detienen aquí, sino que también le aportará mayor comodidad a tu bebé.
Mientras el bebé se desarrolla el útero se agranda para acomodarlo.
Si la pelvis está bien colocada, este proceso será más fácil. Por el
contrario si la pelvis está desviada, se puede llegar a provocar una
restricción de útero y por tanto una limitación del espacio en el que se
desarrolla el bebé. Sin el espacio necesario, el bebé no adopta la
postura que necesita para un crecimiento óptimo. Algunos problemas
físicos posteriores, como la tortícolis, ocurren porque el bebé no tenía
suficiente espacio en el útero.
Si el útero de la madre está tenso en los días próximos al parto, el
bebé no consigue ponerse en la mejor postura para nacer. Incluso si el
bebé logra ponerse cabeza abajo, muchas veces la tensión uterina evita
que la cabeza del bebé pueda salir adecuadamente, ya que la pone de
lado. Cualquier posición fuera de lo apropiado alargará el parto y será
más doloroso tanto para la madre como para el bebé. A muchas mujeres les
han dicho que esto sucedía porque el niño era demasiado grande o ellas
eran estrechas de pelvis, cuando en realidad el problema era la posición
del bebé. Por esta razón lo que podría haber sido un parto natural,
termina siendo una cesárea.
Los ajustes quiroprácticos eliminan pues las interferencias en el
sistema nervioso  permitiendo que todo tu organismo funcione mejor, que
no tengas los típicos problemas digestivos de la recta final del
embarazo e incluso, según algunos estudios publicados, que el tiempo del
parto se reduzca.
Fuente: Doctissimo

Señales de advertencia de qeu un niño puede necesitar cuidado quiropractico

Estas señales pueden indicar que la columna vertebral sufre una
subluxación vertebral (interferencia nerviosa) y necesita ir a la
consulta quiropráctica:
  • Una cadera más alta.
  • Una pierna más corta.
  • Omoplatos sobresalientes.
  • Un pie torcido hacia dentro o hacia fuera.
  • Dolores en las articulaciones.
  • No poder estar inmóvil.
  • Caerse a menudo.
  • Inclinación de la nuca.
  • Huesos ruidosos.
  • Un hombro más alto.
  • Estado agitado, nervioso.
  • Niños hiperactivos.

Fuente: En buenas manos

Tres mitos sobre el cuidado quiropráctico en la infancia

“Mi bebé no necesita cuidado quiropráctico. Nació por cesárea”
 
Respuesta:
Un parto con cesárea implica un fuerte trauma para la madre y el bebé.
La anestesia pasa de uno al otro. El doctor se enfrenta al músculo más
fuerte del cuerpo: el útero, para sacar al niño rápidamente por una
pequeña incisión. Al hacerlo se puede dañar la columna y los nervios.
Los cólicos, dolores de barriga del bebe pueden estar relacionados a
este trauma. Este es un caso clarísimo en el que la Quiropráctica está
muy aconsejada para los niños. 

“Mi hijo no se ha roto nada. Sólo se ha caído varias veces”
 
Respuesta:
Los niños parecen de goma! Nunca se rompen nada. Que no exista rotura
no significa que no exista un problema. Una caída puede afectar a la
columna y otros órganos. Igual que es bueno hacer revisiones periódicas a
un buen dentista, también hemos de buscar al especialista en
quiropráctica para poder detectar y corregir subluxaciones antes que se
vuelvan crónicas. Al final un diente se puede sustituir, la columna de
nuestros niños no.

“Mi hijo nunca está enfermo, a excepción de las enfermedades típicas de la niñez.”
 
Respuesta:
Las enfermedades de la infancia no son nunca normales, sólo comunes. Se
supone que los niños deben padecer cólicos, infecciones de oído,
resfriados. Una columna sana sabe responder a estos problemas,
resolviendo con mayor celeridad y enseñando al sistema inmunológico el
correcto funcionamiento.
Fuente: En buenas manos

¿ Por qué los niños deberían recibir cuidado Quiropráctico?

Por Jeanne Ohm, D.C.
Cada vez más, los padres quieren que sus hijos estén bajo cuidado
quiropráctico. Muchos de los problemas de espalda que se ven en la edad
adulta empiezan en la niñez. Incluso los métodos de dar a luz llamados
“naturales” pueden estresar la columna y el sistema nervioso en
desarrollo de un bebé. El resultado de la irritación del sistema
nervioso, causada por falta de alineación craneal y espinal, puede ser
la causa de muchos de loa problemas de los recién nacidos. Los cólicos,
problemas respiratorios, problemas en la alimentación, disturbios del
sueño, reacciones alérgicas e infecciones crónicas se deben a menudo al
estrés del sistema nervioso.
Dado que en el parto pueden tener lugar traumas craneales y en la
columna, muchos padres llevan a sus hijos al quiropráctico apenas nacen.
A medida que el bebé crece, éste aprende a sostener la cabeza, a
sentarse, a gatear y a dar sus primeros pasos. Todo esto sucede mientras
su columna se desarrolla. Si hay traumas, la alineación de la columna
se ve afectada. Es, por lo tanto, importante que un quiropráctico
examine a los niños.
A medida que el niño comienza a participar en las actividades
regulares de la infancia, como patinar o montar en bicicleta y sufre
traumas practicando las mismas, pueden tener lugar pequeñas
desalineaciones  (subluxaciones). Si no se les presta atención, los
daños que tienen lugar en esta etapa de rápido crecimiento pueden
convertirse en problemas más serios en el futuro. Traumas leves a lo
largo de la infancia afectarán el futuro desarrollo de la columna  y
conducirán a un deterioro de las funciones del sistema nervioso.
Cualquier interferencia en el sistema nervioso afectará adversamente  la
capacidad del cuerpo de funcionar al máximo.
Los padres normalmente visitan un quiropráctico después que su hijo
ha sufrido algún trauma o golpe. Estos pueden o no ocasionar dolor o
síntomas. Los controles quiroprácticos regulares pueden detectar daños
potenciales para la columna, por lo tanto, pueden corregirse y así se
evitar problemas en la adultez. Una higiene preventiva de la  columna es
la clave para una buena salud.
Otra causa por la que los padres llevan a sus hijos al quiropráctico
es a causa de un síntoma o enfermedad en particular. Lo hacen si sus
hijos tienen cólicos, infecciones de oído, asma, alergias y dolores de
cabeza. Han oído que la quiropráctica es efectiva en estos casos.
ES IMPORTANTE ENTENDER QUE EL QUIROPRACTICO NO TRATA ENFERMEDADES .El
profesional examina la columna del niño buscando subluxaciones que
afectan al sistema nervioso e impiden que el cuerpo funcione
correctamente. Los huesos de la columna, es decir las vértebras, alojan y
protegen la médula espinal. Ésta es una extensión del cerebro y lleva
información desde el cerebro a las distintas partes del cuerpo y luego
lleva la respuesta al cerebro otra vez. Las subluxaciones interfieren en
la capacidad de los nervios de transmitir dicha información.
El sistema nervioso controla y coordina la función de todos los
sistemas del cuerpo: circulatorio, respiratorio, digestivo, hormonal,
excretor e inmunológico. Cualquier aspecto de la salud puede
deteriorarse debido a la interferencia en la transmisión nerviosa. El
ajuste quiropráctico restaura la función del sistema nervioso
permitiendo que el cuerpo se exprese al máximo y alcance el bienestar.
El quiropráctico examinará al paciente teniendo en cuenta su historia
clínica y determinará si existen subluxaciones. Los procedimientos a
seguir para ajustar se modifican según sea el tamaño del niño, su peso y
el estado de su columna. Los ajustes son delicados y específicos para
la estructura en desarrollo de la columna del niño. La mayoría de los
padres coinciden en que sus hijos disfrutan de los ajustes y esperan con
entusiasmo acudir otra vez a la consulta del quiropráctico. Los padres
también dicen que los hijos experimentar un grado se salud superior
desde que empiezan el cuidado quiropráctico.