La otitis
A la edad de 3 años, más de dos tercios de todos los niños han tenido uno o más episodios de otitis media o de infección del oído medio. El uso de antibióticos en niños con infecciones de oído conlleva numerosos problemas, como reacciones alérgicas, trastornos gastrointestinales, destrucción de la flora intestinal (que lleva a una proliferación de hongos y a una resistencia a los antibióticos). Los tubos en el oído tienen un 98% de recurrencia en la infección al cabo de dos meses y además el 25% de los tratados con tubos sufren pérdidas
auditivas años después.
En la forma aguda de la enfermedad existe dolor de oído (otalgia), fiebre, tinnitus e irritabilidad. Con menos frecuencia se puede presentar otorrea (supuración), vértigo y más raramente parálisis facial. En la otitis media crónica con efusión, la pérdida de audición puede ser el único síntoma.
Nuestros niños, no es que tengan otitis porque les falten antibióticos, sino porque la trompa de Eustaquio en un niño es horizontal y tiene tendencia a infectarse por falta de drenaje. En cualquier caso, la causa de una otitis media es mecánica. Puede ser:
1. una reducción o un bloqueo completo del drenaje del sistema linfático en el cuello causando una acumulación de líquido en el oído medio, o
2. una pérdida de la función normal del pequeño músculo que abre y cierra las trompas de Eustaquio en la garganta dejando pasar las bacterias o virus en el oído.
Así que en lugar de intentar matar las bacterias y virus, un enfoque más natural sería restaurar el drenaje normal de los oídos y del sistema linfático.
El tratamiento más generalizado en casos de niños con infección de oído es el tratamiento con antibióticos, los descongestionantes orales y los tubos de drenaje. La valoración de la eficacia de estos tratamientos es controvertida. En un estudio a doble ciego, 171 niños con otitis media aguda fueron divididos en cuatro grupos diferentes. A un grupo se le practicó la cirugía; al segundo grupo se le administraron antibióticos; al tercer grupo -a la vez que se le practicó cirugía -se le administraron antibióticos; el cuarto grupo no recibió ningún tipo de tratamiento. El tiempo de recuperación fue similar para todos los niños en los diferentes grupos. Otro estudio mostró que «el 88% de pacientes con otitis media grave no necesita nunca antibióticos… En aquellos que fueron tratados con antibióticos, el riesgo de reproducción de la dolencia es alto… los antibióticos no garantizan que se acorte la enfermedad.» Según E. J. Cantekin, catedrático de Otorrinolaringología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburg, «No hay pruebas para afirmar que los antibióticos sean efectivos en el tratamiento de la otitis media aguda u otitis media crónica con efusión (fluido en el oído) y hay pruebas irrefutables de que el antibiótico es perjudicial.»
Hay numerosos problemas asociados al uso de antibióticos -entre ellos reacciones alérgicas y destrucción de la flora intestinal. Todo ello conlleva una proliferación de la infección fúngica y resistencia al antibiótico. En los casos de niños, las infecciones de oído vuelven a reproducirse con más frecuencia en aquellos a los que se les administran antibióticos.
¿Son eficaces los drenajes? En estudios con seguimiento llevados a cabo en Europa, a los niños con infecciones crónicas bilaterales de oído se les aplicó un drenaje en un oído mientras que en el otro oído se hacía el control. Los resultados que se obtuvieron para los dos oídos fueron casi idénticos: los drenajes no dieron ningún resultado positivo… y lo que en realidad crearon fueron algunas complicaciones como cicatrices y perforación permanente. Los drenajes en los oídos dan un índice de infección repetido y hasta un 25% de los niños a los que se les aplicó este tratamiento sufrieron una pérdida auditiva unos años más tarde.