Una vida que te pertenezca de verdad
e levantas con prisa.
Cumples expectativas.
Sigues rutinas que no escribiste tú.
Y así van pasando los días, uno detrás de otro…
hasta que un día te preguntas:
¿cuándo fue la última vez que me detuve a preguntarme qué quiero yo?
No lo que esperan de ti.
No lo que te dijeron que “deberías” hacer.
No lo que parece correcto desde fuera.
Sino tú.
Tus deseos. Tu ritmo. Tus decisiones.
Tu forma de estar en el mundo, no como reacción… sino como elección.
Quizá ha llegado el momento de romper con lo que ya no te hace bien.
Con lo que te drena, con lo que te desconecta de ti.
No para huir.
Sino para construir algo que tenga sentido.
Algo que te refleje. Que te sostenga. Que te devuelva las ganas.
No será fácil.
No será rápido.
Pero será tuyo.
Y eso… lo cambia todo.
La quiropráctica no trata solo de quitar dolores.
Trata de alinear tu vida con lo que eres de verdad.
Con lo que sientes.
Con lo que tu cuerpo intenta decirte a través de tensiones, bloqueos, síntomas.
Es un camino de reconexión profunda.
Porque cuando tu sistema nervioso se libera del modo supervivencia,
aparece algo que habías olvidado: la capacidad de elegir con claridad.
Elegirte.
Cuidarte.
Vivir desde dentro hacia fuera.
Y ahí empieza todo.
Quizá este sea el recordatorio que necesitabas.
Una invitación a parar.
A respirar.
Y a empezar a construir una vida que, esta vez sí…
sea tuya.
Carmen
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!